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Carreteras y mapas


Dada la experiencia previa (en otros viajes y países) ni siquiera no nos tomamos la molestia de buscar si existen mapas de carreteras de la zona. Los sacamos de internet pantalla a pantalla.
Al igual que en viajes anteriores, la ruta se eligió de antemano por medio de Google Maps, buscando alternativas a las carreteras principales hacia las poblaciones que teníamos previsto visitar, y he de decir que prácticamente el 99% de las rutas elegidas resultó transitable. Por supuesto que transitable no quiere decir asfaltadas, pero quiere decir en buen estado o en un estado lo suficientemente bueno para hacer 90 kilómetros en un día. La verdad es que nos ha extrañado porque habíamos leído algunos bloqueos hablar muy mal sobre las rutas secundarias en Camboya.

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Si hubo zonas en mal estado no fue durante muchos kilómetros ni como para dificultar la etapa. Aunque ha de decirse que la única ocasión en que hicimos la ruta completamente por carreteras secundarias, el día se hizo muy largo, pues enlentecen mucho la marcha. Nuestra recomendación es, por lo tanto, si quieres hacer los kilómetros que nosotros hacíamos (una media de 80 km al día) alternar carreteras principales con secundarias al 50% .

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Otro punto importante es que, pese a haber ido a finales de octubre y principios de noviembre, que es al final de la época de lluvias, tuvimos la suerte de que no nos lloviera nunca en carretera, pues de haber ocurrido el viaje hubiera sido imposible, y no solo por lo que se refiere a las carreteras secundarias, terciarias o cuaternarias, sino también a las principales. Por el modo en que se conduce circular con lluvia hubiera resultado muy peligroso.
Las diferencias en las carreteras de ambos países son claras tanto desde el punto de vista organizativo, cuando preparas el viaje en casa, como lo que te encuentras una vez que estás allí. Vamos a intentar expresarlas por separado:

CARRETERAS DE VIETNAM


Aparecen en Google Maps, y casi todas las que aparecen están ahí cuando llegas al lugar, y por lo general en buenas condiciones. Lo que ocurre es que en Vietnam la opción Streetview no está disponible y no puedes confirmar el estado del firme. Te puedes acercar bastante con Google Earth y tener una idea bastante aproximada de lo que vas a encontrarte (por la anchura o por el tráfico) pero no es lo mismo que verlo desde la propia carretera.
Sin embargo, no verlo no quiere decir que sea malo. Toda la ruta a lo largo del Delta está densamente poblada y las carreteras secundarias, terciarias y cuaternarias han demostrado ser mucho mejores que las de Camboya. La mayor parte de ellas son de cemento y están en bastante buen estado. Solo en dos ocasiones (el primer día por cierto) la carretera se convirtió en un estrecho camino de tierra. Pudimos seguir circulando y llegamos a una carretera principal sin problemas, pero en la segunda ocasión el camino llegó a convertirse en una vereda de no mas de 50 cm de ancho que avanzaba entre los arrozales, completamente anegados, y tuvimos que volver atrás y buscar una ruta alternativa.

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Creemos que circular por estas carreteras secundarias es irrenunciable en un viaje como este, y son las que le dan verdadero valor cada etapa. Viajando así renunciamos a hacer algunas de las visitas que hacen el resto de los turistas, a los cuales les sobra tiempo porque van en coche, pero tenemos acceso a lo más intimo del día a día de estos países. Algunos caminos (como los que encontramos el día que llegamos a Chau Doc) eran preciosos. No más de un metro de ancho, oscuros, con las casas muy pegadas y sus habitantes en el interior siguiendo el habitual curso de sus vidas. Hablando, bañándose, durmiendo, limpiando, en sus labores… los niños jugando… lo que sea. Y en ese segundo que tardas en pasar por delante de ellos, nada cambia, lo más… una sonrisa. Nunca una mala palabra ni una mala mirada.


Tuvimos que cruzar cientos de pequeños puentes porque el delta del Mekong está atravesado por cientos de canales y pequeños ríos por todas partes. Algunos no eran más que una pasarela de madera y otros enormes puentes colgantes (el de My Tho en la primera etapa, y los de Ving Long y Can Tho, el mayor de Vietnam, en la tercera).

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Estos puentes enormes, siendo autovías, no tienen prohibido el paso de bicicletas, y disponen de un ancho arcén para vehículos de dos ruedas. En cualquier caso, la altura, el calor, el ruido del denso tráfico y la longitud que tienen (el de Can Tho hasta 14 kilómetros) te suben la adrenalina.

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En las ocasiones en que no había puente disponible buscamos un transbordador que nos pasara a la otra orilla. Hay muchos y por lo general aparecen en Google maps. En aquellas zonas en las que con posterioridad han construido un puente en las cercanías, han caído en desuso (para certificar que aún está disponible, pincha sobre él en Google Maps y lee las opiniones al respecto, la fecha de la última te dará una buena aproximación de si aún existe ese servicio.

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El precio de un viaje oscila y suele rondar los 2000 dong por persona y bici. Si son de mucho tráfico te cobran antes de que subas, y si son pequeñas barcazas te cobran durante el trayecto o incluso al bajarte. En cualquier caso, para aquellos lugares en los que teníamos dudas de que hubiera transbordador disponible, trazamos con Google maps una ruta alternativa, que por lo general nunca fue necesaria. Otras veces, cuando crees que no hay alternativa y vas a dar un rodeo, sin buscarlos, aparece un transbordador donde menos te lo esperas (que no estaba anunciado en Google maps).


Las carreteras principales de Vietnam tienen un tráfico denso y son peligrosas, aunque la mayoría son anchas y disponen de arcén por lo que la sensación de peligro fue mucho menor que en las de Camboya.

CARRETERAS DE CAMBOYA.


Camboya nos daba respeto, no solo por lo que habíamos leído, sino porque la densidad poblacional, desde el aire, se veía muy baja y, si no hay gente, no resulta extraño que las carreteras estén abandonadas. Pero al trazar la ruta nos llevamos una grata sorpresa y es que, a diferencia con Vietnam, la mayor parte de ellas dispone de Streetview. Aunque parezca una tontería cambia mucho la cosa porque te da una gran seguridad saber que el coche de Google a pasado por allí para fotografiarla.
La mayor parte de las veces, la imagen era la de una carretera de tierra muy roja. Si tiene baches o no es muy difícil de apreciar, y aún así decidimos ir por ellas: que el coche de Google hubiera pasado por allí nos parecía garantía suficiente.


Luego, in situ, descubrimos que esas carreteras de tierra roja son muy practicables. La tierra está muy lisa y casi no tiene baches y se puede circular cómodo y a una buena velocidad. Son unas carreteras preciosas, silenciosas y muy agradables en las que, como en Vietnam, circulas muy cerca de las casas (pues debido al calor la gente hace la vida en sus terrazas con las puertas abiertas hacia la calle). Aquellas que aparecían en Google Maps pero no disponían de Streetview estaban en peores condiciones, tenían muchos baches y la marcha se enlentecía, con lo cual sería impensable hacer toda una etapa por una carretera de esas (ni siquiera unas horas).
El problema que tuvimos en Camboya fue que solo las poblaciones principales disponían de alojamientos que pudiéramos reservar con antelación, pero estaban muy separadas unas de otras. Esto nos obligaba a hacer etapas largas entre 80 y 100 kilómetros, lo cual, con el calor, el peso y la calidad de nuestras bicicletas, era impensable hacer completamente por carreteras secundarias. Las carreteras secundarias no trazan la ruta en linea recta con lo cual, a la dificultad de un firme en malas condiciones se une el aumento del número de kilómetros. Todo ello nos obligó a hacer una parte por carreteras secundarias (entre el 30 y el 50% de la etapa) y otra por principal.
Las carreteras principales en Camboya muchas veces no disponen de arcén, están en muy malas condiciones y tienen mucho tráfico. Esto se traduce en camiones que adelantan al vehículo que ya está adelantando en una carretera sin arcén en la cual, a veces, viene un vehículo circulando por el borde de la carretera en sentido contrario. Imagínate la situación. Terrible. Pues bien… no es tan dramática como parece pues ellos están acostumbrados a circular de este modo y cada uno ocupa su sitio. Si hay algún bocinazo no es con agresividad sino para alertarte de una presencia. Pero en cualquier caso, aunque de esta forma circulas un poco más rápido, siempre lo tienes que hacer muy atento, con mucha tensión, mucho ruido y sin disfrutar de la ruta del mismo modo en que lo haces cuando vas por una carretera secundaria.

TRAFICO


En Vietnam y en Camboya el tráfico es terrible. Ambos países han sido colonizados por los scooter de baja cilindrada y verás miles. A veces llevan a una sola persona pero pueden llevar hasta cuatro, tres cerdos, cristales, bloques, o arrastrar un remolque del tamaño de un container. Es absolutamente increíble. El número de coches no es tan alto (y menos aún en Vietnam), pero las motos lo ocupan todo.

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En zonas urbanas la dificultad está en los cruces. Cientos de motos y coches confluyen sin que exista una norma clara al respeto. Cada uno va para el lado que quiere como buenamente puede. Luego de circular unos días ves que sí que existe una norma, o un modo. Cruzas y buscas con la mirada a tu par que viene de frente. ¿Quién de los dos pasa primero?. Uno u otro, da igual. Lo principal es mantener la misma velocidad y dirección sin hacer cambios bruscos que puedan confundir al resto, y todos van buscando su sitio. Al final resulta que nadie tiene que detenerse y, sorpresivamente, no hemos asistido a ningún accidente a los largo de nuestro viaje.

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Igualmente, cuando te incorporas a una calle principal a la derecha lo puedes hacer pegadito al arcén y no pasa nasa, y si lo haces hacia la izquierda, solo tiene que mirar a los que vienen por tu izquierda, y casi despreocuparte por lo que vienen por la derecha. ¿Cómo es esto?. Porque te quedas en medio de la vía y luego vas buscando poco a poco el lateral en función del tipo de vehículo que llevas (la bicicleta lógicamente es la que va más lateralizada).
A esto hay que añadir que por los laterales de las vías siempre hay peatones, bicicletas, motos y hasta coches que circulan en sentido contrario.
Fuera de las ciudades es más fácil pero funciona más o menos del mismo modo. Como hemos dicho, nos han parecido más peligrosas las carreteras principales de Camboya pues apenas tienen arcén, el firme está en malas condiciones y se adelanta aunque vengan vehículos de frente. Incluso se adelanta a quien te adelanta (en ese caso se tiene la deferencia de tocar la bocina). Con lo cual se puede dar la circunstancia de que: tu vas por tu lateral (sin arcén) y te tienes que meter dentro de la carretera porque hay una moto que viene por ese mismo lateral en sentido contrario. En ese mismo momento, una o dos motos te adelantan por dentro en el sentido de la marcha y (en ese mismo momento) un camión adelanta a todos tocando la bocina. Esto sin contar los vehículos que vienen de frente. Como hemos dicho también, esto te obliga a estar muy atento, te agota, y te transmite una sensación de constante peligro, si bien no hemos visto ningún accidente.

OTRO MOTIVO DE PELIGRO


Curiosamente la única vez en que estuve en disposición de irme al suelo fue por otro motivo bien diferente, pero que también condiciona nuestro tránsito por estos países. Suena un poco de risa pero este motivo tan presente a todo lo largo de la ruta es la gente que te saluda.
Quizás en las calles principales no sea tanto, pero en las calles secundarias es una constante. Ten en cuenta que es muy raro en las zonas apartadas ver a alguien occidental, tan diferentes a ellos, y cuánto más apartada y remota sea una carretera más raro resulta. Así que mucha gente te saluda, con la mano o simplemente diciendo la única palabra que conocen en ingles: hello. Y tu ¿cómo te comportas? Eres el típico turista que está harto de responder al saludo y vas callado y atento a lo tuyo, o sientes una deuda de agradecimiento hacia esa gente que se muestra amigable (pues tienes acceso desde la calle a lo más intimo de sus vidas en casa), y les respondes con un saludo?

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Nosotros somos de los que respondemos. Nos gustaría que los Vietnamitas y los Camboyanos pudieran decir de nosotros que somos gente cariñosa y atenta con ellos, y no esos turistas soberbios. Así que nos hemos pasado el día saludando. A veces a los niños, pero por lo general a todo el mundo. Lo cierto es que en una de esas ocasiones, al levantar la mano para saludar, rectifique inintencionadamente la dirección del volante y choqué con el lateral de una furgoneta que me adelantaba. No ocurrió nada, pero es curioso que el mayor peligro viniera de una situación tan tonta como esa.

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